Los Gigantes de Monte ’e Prama son un conjunto de esculturas monumentales de la civilización nurágica, consideradas valiosas por su excepcional conservación. El yacimiento resultó albergar una necrópolis datable en la Edad de Hierro, aproximadamente entre el 900 y el 750 a. C. . El hallazgo de los gigantes de Monte ’e Prama supuso un novedoso testimonio de la capacidad artística del periodo nurágico, cuyo testimonio arqueológico más notable son los nuraghe, las construcciones que abundan en toda Cerdeña.
De forma casual un agricultor que araba la tierra en su campo de cultivo a 2 km de la laguna de Cabras (Mar ’e Pontis) chocó con una piedra robusta que a la postre resultó ser la escultura de uno de los gigantes. Desde 1975 a 1979 se llevaron a cabo acciones arqueológicas que sacaron a la luz enormes formas antropomorfas de más de dos metros de altura, esculpidas en piedra arenisca. Se documentaron más de 5 mil fragmentos, con quince cabezas y veintidós torsos.
La necrópolis se componía de una tumba en pozo con un sólo inhumación en hileras regulares. Este hecho hace pensar que el rango de los difuntos era de una clase alta ya que los normal era reutilizar las tumbas.
La escasez de fondos de la Región de Cerdeña provocó que los Gigantes estuviesen almacenados en el Museo arqueológico nacional de Cagliari a la espera de presupuesto para llevar a cabo el estudio y acondicionamiento de las piezas. En 2007 se iniciaron las tareas que aún hoy se llevan a cabo, pero que al menos permiten ver algunos de los Gigantes en e Museo de Cabras.
En total se han logrado reconstruir e interpretar 26 esculturas (16 luchadores, 5 arqueros y 5 guerreros) gracias a la labor del Centro de Conservación Arqueológica de Roma en la sede para la restauración y preservación de los bienes culturales de Li Punti en Sassari.
Algunos de los gigantes, en sardo Zigàntes de Mònt’e Pràma se exponen en el Museo de Cabras, un moderno edificio donde podemos acercarnos a la historia del descubrimiento.
Un grupo de arqueólogos ha trabajado para reproducir el rostro de uno de los guerreros de Monte Prama mediante técnicas de bioarqueología. El estudio de los restos concluyó que se trataba de jóvenes o adultos masculinos, de edades entre 15 y 30 años, y que la necrópolis podría indicar un lugar de Culto al Héroe.
Las esculturas muestran detalles faciales comunes como frentes prominentes, ojos marcados de gran tamaño, una nariz estilizada pero pronunciada, y un gesto hierático y sobrio. Representan tres tipologías: arqueros, guerreros y luchadores con túnicas cortas, protecciones en el pecho, largas trenzas o coletas a los lados de la cabeza. Llevan protecciones en las piernas y en los brazos y en el caso de los arqueros portan sendos arcos y yelmos con dos cuernos.. Las estatuas de los «luchadores» sin embargo tienen una especie de gorro y el torso desnudo, con un escudo sobre la cabeza. Por último los Guerreros sostienen un escudo redondo ornamentado profusamente. Otros tipos de restos son los pequeños nuragues con torreón, de tipo monotorre o con forma de nurague complejo.
Reconstrucción digital de la estatuas de los Gigantes de Monte Prama