Golfo Aranci , cuyo nombre hace referencia no al vocablo italiano «arancia«, que en español significa «naranja» sino a la palabra «ranci» proveniente del dialecto sardo que quiere decir cangrejo. Erróneamente se le conoce así, no sólo por la familiaridad del nombre del Golfo con el fruto, sino también a una leyenda de antaño que cuenta que un barco repleto de naranjas naufragó en sus costas, pero siendo un pueblo de pescadores y que se pueden encontrar cangrejos fácilmente en ésta zona, resulta más convincente el origen sardo del nombre.
El Golfo de Aranci se localiza al noreste de la isla de Cerdeña, a 18 km de Olbia, a 10 km de Porto Rotondo, nos ofrece un paisaje de hipnotizantes aguas cristalinas, playas agradables y hermosas vistas de la Isla Tavolara.
Sus impolutas aguas, no sólo guardan la peculiaridad de sus tonalidades que se deben al granito o la variedad de especies marinas que proliferan en la zona, sino que también podemos hallar tesoros escondidos en el fondo marino que pueden apreciarse a simple vista gracias a la nitidez del mar. Existe un museo acuático en el que podemos apreciar verdaderas obras de arte hechas a partir de rocas esculpidas, como son: el enorme esqueleto de un pez, la formación piramidal de un grupo de delfines, entre otros, que pueden irse descubriendo al navegar calmo de sus olas.
En Golfo de Aranci se pueden realizar paseos en bote para conocer un poco más de la costa vía marítima, así como Avistamiento de delfines y submarinismo. Y para aquellos amantes de la naturaleza y el senderismo, existen opciones terrestres para llevar a cabo, como hacer trekking o bici de montaña en el otro extremo del golfo, en Capo Figari con sus impresionantes calas, como Cala Moresca, Cala Greca, Cala Sabina, Punta Filasca y Spiagga Bianca. donde además podemos encontrar décadas de historia con un par de buques que se divisan desde el mar y datan de la Segunda Guerra Mundial.
En la tranquila localidad podemos caminar por el paseo marítimo esperando atentos a ver si la sirena sale del mar a cantar. Esta curiosa escultura sumerge de las aguas para recitar poemas, ofreciendo un momento mágico.