En la isla de Cerdeña los restos romanos están presentes en diferentes zonas, especialmente en la costa, mostrando la huella que dejó la presencia durante siglos de….
La derrota en el Mediterráneo de los fenicios y cartagineses en el Mediterráneo permitieron que los romanos se hicieran con algunas de esas colonias, ocupándolas o creando -en pocas ocasiones- ex novo algunas de ellas.
El comienzo de la “romanización” de Cerdeña puede fijarse en el el año 238 a. C. cuando Cerdeña pasó a estar bajo el dominio de Roma. en realidad la gestión fue delegada a administradores locales bajo un gobernador romano, pero sin grandes cambios con respecto a los modos de vida local.
El control romano otorgaba estabilidad y seguridad ante incursiones y a cambio existía una tributación. Un claro ejemplo es la dedicatoria de Fordongianus al emperador Tiberio de parte de algunas localidades, como agradecimiento.
Los romanos construyeron acueductos e infraestructuras civiles como el visitable anfiteatro de Cagliari o las termas de Fordongianus, además de villas con suntuosos mosaicos halladas en excavaciones.
Los más conocidos son las ruinas de los yacimientos del anfiteatro de la Villa de Tigellio en Cagliari, el yacimiento romano y de la antigüedad tardía de San Cromacio en Villaspeciosa, la villa de Porto Conte y el puente de Fertilia en Alguer, la villa rural de época republicana en Olbia, y las ciudades de Forum Traiani en Fordongianus y Turris Lybissonis en Porto Torres.
Anfiteatro de Cagliari
Sin duda el anfiteatro de Cagliari es el edificio más majestuoso que nos ha llegado de época romana en Cerdeña. Se levantó aprovechando la cercanía de las canteras donde se halla y su pendiente, edificado entre finales del siglo I y la primera mitad del siglo II d.C., reuniendo a alrededor de 10 mil espectadores en las luchas de gladiadores.
Hay restos de la gran cisterna que recogía lluvia, y la cercana Villa di Tigellio se halla un complejo que incluía un edificio de baños y tres viviendas, con frescos y mosaicos en el suelo de la domus.
Yacimiento de San Cromazio
Saliendo de Cagliari, a unos 20 kilómetros, el yacimiento de San Cromazio en Villaspeciosa albergaba un edificio termal de la Roma imperial, similar al de la Villa de Tigelio. Su elemento más valorado es el pavimento de mosaico. Las casas romanas se edificaron alrededor de los baños y se distinguen una docena de tumbas.
Forum Traiani en Fordongianus
La poco conocida de Fordongianus en el territorio del Oristanés esconde un majestuoso conjunto de termas romanas que aprovecharon las aguas calientes que brotan de la tierra a 54 grados de temperatura.
Fomentadas por el emperador Trajano, las aguas termales están junto al río Tirso, en los alrededores de la urbe romana de Forum Traiani. Se pueden visitar las ruinas del complejo termal con las clásicas salas de el tepidarium, el frigidarium y el calidarium, que servían de recorrido balneario para el ocio y los tratamientos terapéuticos.
Turris Lybissonis en Porto Torres
En Porto Torres, la antigua urbe romana de Turris Libisonis, se hallan los restos de la la ciudad romana fundada en el 46 a.C. por Julio César.
Situada en el Golfo de Asinara, era un enclave estratégico para el control del norte de Cerdeña, siendo un puerto de comercio muy importante en época romana. Hay restos de la calzada y las vías de la urbe, del perímetro de la ciudad con tramos de murallas y necrópolis, baños, viviendas, restos de un acueducto y catacumbas. Uno de los lugares más impresionantes es la domus con el mosaico de Orfeo y el puente romano sobre el río Mannu.
Villa Romana di Sant’Imbenia
A las afueras de Alghero se encuentra la localización de la Villa Romana di Sant’Imbenia, concretamente en la bahía de Porto Conte.
Los romanos construyeron una suntuosa villa con 49 habitaciones en el siglo I. Los restos excavados y los mosaicos tienes se pueden visitar en el Museo Arqueológico Nacional de Sassari.
Granja Romana de S’Imbalconadu
No lenos de Olbia, en el norteste de Cerdeña, destaca la Villa Rustica, o Granja Romana, S’Imbalconadu. Fue construida en época republicana (siglo II a.C.) como una granja ganadera y almacenes de grano.